martes, 28 de diciembre de 2010

Fragancia de habitación

Hedor a soledad, tinta en manos y muñecas, lagrimas saborizadas a melancolía, ojos que son espejos a la nostalgia,la verdad, soy un niño con arrugas en el cuerpo y en el cerebro, mis libros me soplan el polvo en la cara, mi pluma se rehúsa a escribir, camino y camino buscando un destino a donde llegar y vuelvo al hedor de la soledad, al hedor de mi habitación, al hedor que siempre llevo conmigo, apesto y solo yo lo se, vuelvo a mi habitación con su ventana pequeña y largas persianas y costumbre me tiende la mano y esa pequeña, esa pequeña que crié desde recién nacida, ahora es mas grande y fuerte que yo,ella, me arrulla, me acaricia y me besa la frente mientras intento dormir, esa pequeña que pensé no crecería,a la cual bautize monotonía aplica en mi la fragancia, mi perfume pestilente, esa fragancia que lleva por nombre soledad.