sábado, 11 de junio de 2011

Una noche cualquiera

Veo con desprecio, que ha regresado caballero de largas vestiduras negras, lo sentí entrar por mi ventana cuando el frió se apodero de mi, no abrí los ojos, esta vez no lo esperaba, luego lo sentí adentrarse en mi cama, y quedarse allí, ocupaba usted gran parte del lecho, me movía de una manera angustiante, sofocante, e inquieta, la verdad me irrita su presencia, su visita nocturna, me obliga a preparar café y bebérmelo con la facilidad del agua fría cuando se tiene sed, noto como me observa entre las cobijas, como me toca, como acaricia mi cabello, como lee mis pensamientos y juega con ellos como un cubo de rubyk, noto como visualiza una película a la cual pone play cada noche, imagino su vida...

- ha llegado la noche!!!, es hora de salir a casa de ese pobre escritor, yo, me llamo insomnio y muy pocos me abren su puerta y este pobre escritor lo hace cada noche e inventa historias donde soy yo el que interrumpo a altas horas de la noche.

Vaya descortesía