sábado, 12 de marzo de 2011

El libro cerrado

francamente enamorado de una fragancia heliocentrista de coco, que le bañaba desde la punta de sus ocres cabellos, hasta las oscuras y anochecidas raíces, de las hendiduras de sus pies marcados por el invierno, hipnotizado por unos ojos suaves, delicados como las alas de los ángeles caídos unas pupilas de lince que me aprietan en la tarde socialista de las nubes color rosa, y una piel dersa vestida por el blanco de la luna y en los ocasos y solsticios de otoño tomaba un tono rojizo, el tono de un corazón enamorado de la escultura y firmeza de las rocas, maltratadas por las inmensas aguas del basto mar

Adios

Cuando te vayas, arrancare una a una las lagrimas que brotan de mis ojos, a cada una bautizare con horrendos nombres, saldre corriendo por las nubes y saltando de dios en dios llegare a tu morada de paginas y letras, bocas cerradas y ojos indiferentes y en la materita principal plantare todas aquellas horrendas arrancadas de mis ojos grises y las vere crecer desde la ventana de mis ojos ocres sin salida a la rejilla de mi prisión, tu

La noche de los poetas tristes

Escupid bajo la luna tus esperanzas a traves del hedor del ultimo cigarro, que se funde en tu rostro, para ocultar tus lagrimas sobre la suela de unos zapatos tratados por el tiempo cual esclavo de los dias negros, bañados por los rieles de los trenes que marchan alla, alla al rojo ocaso
del solsticio que ocultaban sus ojos
los tuyos, los de ella, los de aquella, los de anoche
los ciegos
los de mañana, los tuyos
siempre y cuando esperes las manzanas caer de los arboles inmensos, con tus manos blancas y pequeñas de los recien nacidos, moriras de hambre, necesitaras de agua en los manantiales y cascadas, desesperaras por arena en los desiertos

olvidar en las mañanas era la cotidianidad, suponia perder la razon y el conocimiento sin la cerveza fria, intentar tapar el sol con las botas de mis pies cansados, equilibrar en la bañera de tus lagrimas, amarte y tocarte desde el cerebro hasta los pequeños nervios de los pies y dibujar con la ceniza de los cigarrillos su rostro
y borrarlo de inmediato sin que lo vea yo ni el cantinero

tus pañales y alas osaran decirte la verdad ya no eres una niña, ya no eres un poeta, eres un triste recuerdo de una cama llena de agrias penas y dulces lagrimas

y las cenizas en mis pulmones me recordaran por siempre su estado y sus lagrimas reposarian en mis labios, con la fuerza de tsunamis y terremotos, asi nunca la olvidaria, y la soledad abusaría de mi con su baston largo y negro hasta quedar muerto y sangrar por mi corazón, y asi entonces seguire el camino olvidando a esa que llamese amada, y escupiendo cada noche a la luna hasta lograrlo....

todavia malgastas tu tiempo en buscarle sentido, acoplate al hecho que vienes a morir en los brazos de un don nadie llamado tiempo y en las manos de la bella y esculturezca dama llamada muerte, llamame cuando partas antes nunca pasare saludarte o buscame cuando pierdas la cordura de resto no me interesa nada lo que pase contigo

y para que, para que vivir si te has resignado a morir en una nube que no es tuya ni es mia, solo nos pertenecen los castillos en la arena y las largimas en los pañuelos de las vencidas damas de la calle, apaga tu cigarrillo en mi pecho y largate con la noche, en la mañana estaremos bien yo con la cicatriz y el cigarrillo tu con mi hedor a piel gastada y mis penas en tus cabellos, las lagrimas
en tus largas y contorneadas ´piernas
y un adios que tatue en tu cuello con mis labios......


cantinero le doy escasos minutos para que utilice mi corazón y con este le brinde una bebida a aquella dama, la de la sonrisa extraña la de los ojos poco soñadores y con mi sangre a la chica de al lado la de la capota negra y blancas encías, mi cuerpo úselo usted de fachada cordial, mañana le agradeceré con una luna mas blanca y una despedida menos larga...

La noche pradera

Que caso mendigar caridad en las nubes grises, si ella me olvido en una tarde luego de amarme en la mañana, en la noche ya era un ave que sale a morir fuera de su jaula, entonces para que mendigar amor en los prostíbulos si ella era una mas a la que le pague con mi tiempo un poco del suyo, y con mis caricias la drogue bastante tiempo sin alcanzar los paisajes que imaginaban mis pinceles y las noches eran frías y ella con sus prostituidas manos me agotaría y obligaría a amarle, y dejarme para ella seria mas fácil, puesto que me puse la venda, ella la apretó, y temo quitarla, entonces para que mendigar cariño en las tardes rojizas, si las esposas no eran de mi esposa y la novia era mía como de cualquiera, los abrazos eran tan míos como los míos propios, a la larga terminaría por dejarla si el tiempo en mi no apestara, era eso o colgarme mis esperanzas al cuello y saltar del puente de los deseos de ella .....