martes, 9 de agosto de 2011

Cadera de arena

Hay en las aceras minuciosas voces de auxilio con el roce de botellas de plástico y embases de comida para llevar se ocultan en la suela de mis zapatos las voces susurran ayuda subiendo por mis pies, vagabundos drogados con las noticias del día reposan en la cabeza de los mismos. El hedor de mi ciudad se atasca en mis amígdalas y los peces agonizan en mis cadenas de arena…
Astilladas agallas por la madera de los majestuosos salones de espera y de coctel, ya muertos mis colegas poetas por las traiciones de sus amigos, muertos en camas de faquir traídas del mismo Egipto talladas y elaboradas por el faraón sin estatua, ahogados en las almohadas de pluma de ganso con el recuerdo de la ultima rosa seca, donde sus pétalos moribundos y resecos por el otoño guardan la tinta de mi pluma, la pluma ahora seca en agosto de vientos iracundos.

Salida

A esculpir el hielo con mis lágrimas
A lamer lava de volcanes con mis manos
A fritar en aulas atestadas de ratoncitos de laboratorio
A luchar en las guerra de las mariposas
A beber la sangre dorada del rey
A silenciar los mazos de la corte
A desenvainar las espadas en los casinos
A morir en algún lugar de las palabras
A enterrar mi ataúd de cristal fabricado con lagrimas de mi pluma